jueves, 6 de octubre de 2011

QUIEN ES OSHO

Biografía de OSHO

Infancia y Adolescencia: 1931–1950

Osho nació con el nombre de Chandra Mohan Jain, el mayor de once hijos de un comerciante de tela, en casa de sus abuelos maternos en Kuchwada; una pequeña aldea en el distrito de Narsinghpur, del estado Madhya Pradesh en la India. Sus padres Babulal y Saraswati, que eran jainistas del Taranpanthi, le permitieron vivir con sus abuelos maternos hasta los siete años de edad. Desde el punto de vista de Osho, esto fue una gran influencia en su desarrollo porque su abuela le dio una libertad absoluta, dejándolo despreocupado sin una educación impuesta o restricciones. Cuando tenía siete años su abuelo murió, y fue a Gadarwara para vivir con sus padres. Osho se vio profundamente afectado por la muerte de su abuelo, y luego otra vez por la muerte de su joven enamorada y su primo Shashi, que murió de fiebre tifoidea cuando él tenía 15 años, dando lugar a una preocupación por la muerte que se prolongó durante gran parte de su infancia y juventud. En sus años de escuela era un estudiante rebelde, pero talentoso, y adquirió una reputación como un polemista formidable. Osho se convirtió en un anti-teísta, se interesó por la hipnosis y brevemente se asoció con el socialismo y dos organizaciones nacionalistas indias: El ejército nacional indio y la Rastriya Swayamsevak Sangh. Sin embargo, su afiliación en las organizaciones duró poco ya que no podía suscribirse a cualquier otra disciplina, ideología o sistema externo.

Los años en la Universidad y orador público: 1951–1970

En 1951, con 19 años de edad, Osho comenzó sus estudios en la Universidad Hitkarini en Jabalpur. Solicitado a que dejara la escuela después de los conflictos con un instructor, se trasladó al Colegio Jainista D.N, también en Jabalpur. Debido a su comportamiento disruptivamente argumentativo, no estaba obligado a asistir a clases en el Colegio Jainista D.N a excepción de los exámenes y utilizó su tiempo libre para trabajar por unos meses como asistente de edición en un periódico local. Empezó a hablar en público en el encuentro anual de en: Sarva Dharma Sammelan (Reunión de todos los credos) celebrado en Jabalpur, organizado por la comunidad jainista del Taranpanthi donde nació, y participó desde 1951 hasta 1968. Se resistió a la presión de sus padres para contraer matrimonio. Más tarde Osho dijo que se iluminó espiritualmente el 21 de marzo de 1953, cuando él tenía 21 años, en una experiencia en el jardín Bhanvartal en Jabalpur.

Habiendo completado su B.A. en filosofía en el Colegio Jainista D.N en 1955, ingresó a la en: Universidad de Sagar, donde en 1957 obtuvo su M.A. en filosofía (con honores). De inmediato se aseguró un puesto como profesor en el Colegio de Sánscrito en: Raipur, pero el Vice Rector pronto le pidió que buscara trasladarse ya que lo consideraba peligroso para la moralidad, el carácter y la religión de sus estudiantes. A partir de 1958, enseñó filosofía como profesor en la Universidad de Jabalpur, siendo promovido a catedrático en 1960. Un popular conferenciante, fue reconocido por sus pares como un hombre excepcionalmente inteligente que había sido capaz de superar las deficiencias de la primitiva educación de su pequeño pueblo.

En paralelo a su trabajo de la universidad, viajó por toda la India bajo el nombre de Acharya Rajneesh (Acharya significa profesor o maestro; Rajneesh era un apodo que había adquirido en la infancia), dando conferencias críticas acerca del socialismo y Gandhi. Él dijo que el socialismo solo podría socializar la pobreza, y describió a Gandhi como un masoquista retrógrado que veneraba a la miseria. Lo que India necesitaba para escapar de su atraso era el capitalismo, la ciencia, la tecnología moderna y un control de natalidad. Él criticó a las religiones ortodoxas de la India como muertos, llenos de rituales vacíos, oprimiendo a sus seguidores con los miedos de la condenación y la promesa de bendiciones. Tales declaraciones lo hicieron polémico, pero también ganó un público fiel que incluía una serie de ricos comerciantes y hombres de negocios. Las consultas individuales que le hacían sobre el desarrollo espiritual y la vida diaria, a cambio de donaciones — una medida común en la India — creció rápidamente. A partir 1962, él empezó a dirigir los campos de meditación de 3 a 10 días, y los primeros centros de meditación (Jivan Jagruti Kendra - Centros para el Despertar de la Vida) comenzaron a surgir en torno a su enseñanza, luego conocido como, Life Awakening Movement (Jivan Jagruti Andolan - Movimiento para el Despertar de la Vida). Después de una gira de conferencias en 1966, renunció a su puesto de profesor.

En una serie de charlas en 1968, publicada posteriormente bajo el título Del Sexo a la Superconsciencia, escandalizó a los líderes hindúes por hacer un llamamiento a una aceptación más libre del sexo y llegó a ser conocido como el "Gurú del Sexo" en la prensa India. Cuando en 1969 fue invitado para hablar en la Segunda Conferencia Mundial Hindú, a pesar de los recelos de algunos líderes hindúes, él aprovechó la ocasión para plantear una vez más una polémica, afirmando que "cualquier religión que considera una vida sin sentido y lleno de miseria, y enseña el odio a la vida, no es una religión verdadera. La religión es un arte que muestra la forma de disfrutar la vida". El caracterizó a los sacerdotes por ser motivados por el interés-propio, provocando al shankaracharya de Puri, quien intentó en vano de que su discurso se detuviera.


Bombay: 1970–1974

Celebraciones del cumpleaños de Osho en su residencia en Bombay, el 11 de Diciembre de 1972
En un evento público de meditación en la primavera de 1970, Osho presentó su método de Meditación Dinámica, por primera vez. Salió de Jabalpur para Bombay a finales de Junio. El 26 de septiembre de 1970, inició su primer grupo de discípulos o neo-sanniasins. Ser un discípulo significaba asumir un nuevo nombre y usar el tradicional atuendo naranja de los hombres santos y ascéticos de la India, incluyendo un mala (collar de cuentas esféricas) cargando un medallón con su fotografía. Sin embargo, sus sanniasins fueron alentados a seguir una celebración en lugar de un estilo de vida ascético. Él mismo no estaba aquí para ser adorado, sino para verlo como un agente catalítico, "un sol incitando a que la flor se abra".

Para entonces había conseguido una secretaria, Laxmi Thakarsi Kuruwa, quien como su primer discípulo había tomado el nombre de Ma Yoga Laxmi. Laxmi era la hija de uno de sus primeros seguidores, un rico jaina que había sido un apoyo clave del Partido del Congreso Nacional durante la lucha por la independencia de India, con estrechos vínculos con Gandhi, Nehru y Morarji Desai. Ella puso el dinero que permitió a Osho dejar sus viajes y asentarse. En diciembre de 1970, se trasladó a los Departamentos de Woodlands en Bombay, donde dio conferencias y recibió visitantes, entre ellos sus primeros visitantes Occidentales. Viajó pocas veces, y dejó de hablar en reuniones abiertas al público. En 1971, adoptó el título de "Bhagwan Shree Rajneesh". Shree es una forma cortés de dirigirse a alguien equivalente a la palabra en español "Señor"; Bhagwan quiere decir "bendito", utilizado en las tradiciones Indias como una forma de respeto para un ser humano en el que lo divino ya no se oculta, sino que se muestra.


Un ashram en Poona: 1974–1981

El clima húmedo de Bombay resultó perjudicial para la salud de Osho: Mostró síntomas de diabetes, asma y numerosas alergias. En 1974, en el 21 º aniversario de su experiencia en Jabalpur, se trasladó a una casa en el Parque Koregaon, Poona, comprado con la ayuda de Ma Yoga Mukta (Catherine Venizelos), una Griega heredera de la marina mercante. Osho enseñó en el ashram en Poona desde 1974 hasta 1981. Las dos casas contiguas y 6 acres (24.000 m2) de tierra se convirtieron en el núcleo de un ashram, y la propiedad sigue siendo el corazón del actual Osho International Meditation Resort (Resort de Meditación Osho International). Se permitió la grabación normal de audio, y más tarde, la grabación de videos e impresión de sus discursos para su distribución en todo el mundo, permitiéndolo llegar a audiencias más grandes. El número de visitantes Occidentales aumentó considerablemente. El ashram pronto presentó un centro de artes y manualidades produciendo ropas, joyas, cerámicas y cosméticos orgánicos y actuaciones organizadas de teatro, música y mímica. A partir de 1975, después de la llegada de varios terapeutas del Movimiento del Potencial Humano, el ashram comenzó a complementar las meditaciones con un creciente número de grupos de terapia, el cual se convirtió en una fuente importante de ingresos para el ashram.

El ashram en Poona era según todos un emocionante e intenso lugar en el cual estar, con una atmósfera de locos en carnaval y cargada emocionalmente. El día comenzaba a las 6:00 a.m. con Meditación Dinámica. A partir de las 8:00 a.m., Osho daba de unos 60 a 90 minutos de discursos espontáneos en el auditorio "Salón de Buda" del ashram, comentando sobre los textos religiosos o respondiendo preguntas de los visitantes y discípulos. Hasta 1981, las series de discursos dadas en Hindú se alternaban con las series dadas en Inglés. Durante el día, se llevaban a cabo varias meditaciones y terapias, cuya intensidad estaba atribuido a la energía espiritual del "campo búdico" de Osho. En las tardes de darsanas, Osho conversaba de forma individual con los discípulos o visitantes e iniciaba discípulos ("dando sanniás"). Los sanniasins venían para el darsana cuando se iban o regresaban de sus otras actividades o cuando tenían algo que querían hablar.

Para decidir en qué terapias participar, los visitantes bien consultaban a Osho o escogían de acuerdo a sus propias preferencias. Algunos de los primeros grupos de terapia en el ashram, tales como la Terapia en Grupo, eran experimentales, permitiendo una cierta etapa de agresividad física, como las relaciones sexuales entre los participantes. Informes contradictorios sobre las lesiones sufridas en las sesiones de la Terapia en Grupo empezaron a aparecer en la prensa. A su vez, Richard Price, un destacado terapeuta del Movimiento del Potencial Humano y co-fundador del Instituto Esalen, encontró que los grupos alentaban a que los participantes 'sean violentos' y no a 'jugar a ser violentos' (la norma en las Terapias de Grupo que se realizan en Estados Unidos), y los criticó por "el peor de los errores de unos líderes inexpertos de Esalen". Se dice que Price salió del ashram de Poona con un brazo fracturado tras un período de ocho horas encerrado en una habitación con participantes armados con armas de madera. Bernard Gunther, su colega de Esalen, le fue mejor en Poona y escribió un libro, Morir por la Iluminación, presentando fotografías y descripciones líricas de las meditaciones y los grupos de terapia. La violencia en los grupos de terapia finalmente terminó en enero de 1979, cuando el ashram emitió un comunicado de prensa indicando que la violencia "había cumplido su función en el contexto general del ashram como una comuna espiritual en evolución."

Los Sanniasins que se habían "graduado" desde meses de meditación y terapia estarían aptos para trabajar en el ashram, en un ambiente que fue inspirado conscientemente en la comunidad que el místico Ruso Gurdjieff dirigió en Francia en la década de 1930. Las principales características copiadas de Gurdjieff fueron un trabajo duro, no remunerado, y supervisores escogidos por su personalidad abrasiva, ambos diseñados para provocar las oportunidades para la auto-observación y la trascendencia. Varios discípulos optaron por quedarse durante años. Además de la controversia en torno a las terapias, las denuncias sobre el uso de drogas entre los sanniasins comenzaron a manchar la imagen del ashram. Algunos sanniasins occidentales financiaban estadías prolongadas a través de la prostitución y el tráfico de drogas. Más tarde dijeron que, si bien Osho no estaba directamente involucrado, ellos discutieron estos planes y actividades con él en el darsana y él les dio su bendición.

Por el final de la década de 1970, el ashram de Poona era muy pequeño para contener el rápido crecimiento y Osho pidió que se encuentre un lugar más grande. Los Sanniasins de toda la India empezaron a buscar propiedades: los que se encontraron incluían uno en el Distrito de Kutch en Guyarat y dos más en el norte montañoso de la India. Los planes nunca se llevaron a cabo ya que el aumento de las tensiones entre el ashram y el gobierno del Partido Janata de Morarji Desai terminó en un callejón sin salida. Se negó la aprobación del uso del terreno y, más importante aún, el gobierno dejó de expedir visados a los visitantes extranjeros que indicaban al ashram como su principal destino. Además, el gobierno de Desai canceló la exención de impuestos del ashram con efecto retroactivo, resultando en una demanda estimada en $5 millones. Los conflictos con varios líderes religiosos Indios agravó la situación— en 1980 el ashram se había vuelto tan polémico que Indira Gandhi, a pesar de una asociación anterior entre Osho y el Partido del Congreso Nacional Indio que data de los años sesenta, no estaba dispuesta a interceder por él después de su regreso al poder. En mayo de 1980, durante uno de los discursos de Osho, un atentando contra su vida fue hecho por Vilas Tupe, un joven fundamentalista Hindú. Tupe alega que él realizó el ataque porque creía que Osho es un agente de la CIA.

Para el año 1981, el ashram de Osho acogía 30,000 visitantes por año. Para ese entonces, el público predominante en los discursos diarios eran Europeos y Americanos. Muchos observadores notaron que el estilo de las conferencias de Osho cambió a finales de los setenta, centrándose menos en lo intelectual y más en las bromas sarcásticas con un toque de humor negro destinado a conmocionar o divertir a su audiencia. El 10 de abril de 1981, habiendo dado discursos diariamente por casi 15 años, Osho entró en un periodo de tres años y medio de silencio público auto-impuesto, y en satsangs-sentándose en silencio con música y lecturas de obras espirituales tales como El Profeta de Khalil Gibran o el Isha Upanishad.  Casi al mismo tiempo, Ma Anand Sheela (Sheela Silverman) reemplazó a Ma Yoga Laxmi como la secretaria de Osho.

EE.UU. y la comuna en Oregón: 1981–1985

En 1981, el aumento de las tensiones alrededor del ashram en Poona, así como las críticas de sus actividades y las amenazantes acciones punitivas por las autoridades Indias, dieron un nuevo impulso para el ashram a trasladarse a América. Osho se retiró de los discursos públicos durante este tiempo, e ingresó a un periodo de silencio que se prolongó hasta el noviembre de 1984. Pasó la mayor parte de su tiempo en aislamiento y solo se comunicó con unos pocos discípulos, entre ellos Ma Anand Sheela y su compañera íntima y cuidadora Ma Yoga Vivek (Christine Woolf). Osho no dio conferencias durante este tiempo; en lugar de eso, en las tardes se ponía para la audiencia los videos de sus discursos. El 1 de junio, viajó a los Estados Unidos con una visa de turista, supuestamente para fines médicos, y pasó varios meses en un centro de retiro Rajneeshee ubicado en el Kip's Castle de Montclair (Nueva Jersey). Había sido diagnosticado con hernia discal en la primavera de 1981 y fue tratado con varios médicos, entre ellos James Cyriax, un reumatólogo y experto en inyecciones epidurales del Hospital de Santo Tomás traído desde London. Sheela declaró en público que Osho estaba en grave peligro si se quedaba en la India, pero recibiría un tratamiento médico adecuado en los Estados Unidos si llegara a requerir cirugía.

De acuerdo a Susan J. Palmer, el traslado a Estados Unidos "parece haber sido una decisión unilateral por parte de Sheela". Gordon (1987) señala que Sheela y Osho habían discutido la idea de establecer una nueva comuna en los Estados Unidos a finales de 1980, aunque él no estuvo de acuerdo en viajar sino hasta mayo de 1981. La anterior secretaria de Osho, Laxmi, informó a la periodista Frances FitzGerald que "ella no había logrado encontrar una propiedad en la India adecuada a las necesidades de Osho, y así, cuando llegó la noticia de emergencia médica, la iniciativa había pasado a Sheela". Osho nunca buscó un tratamiento médico durante su estancia en Estados Unidos, haciendo que el Servicio de Inmigración y Naturalización crea que él tenía un intento preconcebido de permanecer allí. Más tarde Osho se declaró culpable de fraude de inmigración, incluida la puesta de declaraciones falsas en su solicitud inicial de visado.

Salón de Meditación y Discursos en Rajneeshpuram.

El 13 de junio de 1981, el esposo de Sheela, Swami Prem Chinmaya (Marc Harris Silverman), compró por US$ 5.75 millones, un rancho de 64.229 acres (260 km²), antes conocido como "The Big Muddy Ranch" (El Gran Rancho de Lodo, en español), ubicado entre dos condados de Oregón (Condado de Wasco y Condado de Jefferson). Fue renombrado "Rancho Rajneesh" y Osho se trasladó allí el 29 de agosto. Las primeras reacciones de las comunidades locales fueron de la hostilidad a la tolerancia, según la distancia del rancho. Al cabo de 3 años se produjo una serie de batallas legales, principalmente por el uso del terreno. En mayo de 1982, los residentes del Rancho Rajneesh votaron a favor de incorporarlo como la ciudad de Rajneeshpuram. Los conflictos con los residentes locales se volvieron más amargas y, en los años siguientes, la comuna fue objeto de una constante y coordinada presión de diversas coaliciones. La postura de sus dirigentes fue intransigente, de confrontación e impaciente: sus conductas fueron implícitamente amenazadoras, y los cambios reiterados de los planes fijados de la comuna parecían un engaño intencionado. En cierto momento, la comuna trajo de varias ciudades de EE.UU a un gran número de personas sin hogares en un fallido intento de cambiar el resultado de una elección, antes de soltarlos en los alrededores de las ciudades y dejar que el Estado de Oregón los regresara a sus ciudades de origen a expensas del estado. Los sanniasins comunes ignoraban y/o no compartían el juego sucio del escuadrón que administraba la comuna, sino que se centraron en el trabajo diario de la meditación y la elaboración de una vida destinada a ser un modelo global. No compartieron la paranoia de estas acciones y algunos estaban avergonzados por ello.

Osho vivió en una caravana (casa móvil) a lado de una piscina cubierta y otras instalaciones. No dio discursos y solo vio a la mayoría de los residentes cuando, a diario, él pasaba lentamente con su coche, ya que estaban junto a la carretera. Él ganó notoriedad por los muchos Rolls-Royces comprados para su uso, finalmente sumaba 93 vehículos. Esto lo convirtió en el mayor propietario de automóviles en el mundo. Sus seguidores se propusieron finalmente expandir esa colección hasta llegar a 365 Rolls-Royces—uno para cada día del año.

En 1981, Osho dio a Sheela un mandato limitado y removió los límites al año siguiente. En 1983, Sheela anunció que en adelante él solo hablaría con ella. Más tarde él afirmaría que ella lo mantuvo ignorante. Varios sanniasins expresaron dudas sobre si Sheela representaba adecuadamente a Osho, y varios disidentes dejaron Rajneeshpuram en protesta a su liderazgo autocrático. Debido a los matrimonios arreglados, los sanniasins sin la ciudadanía estadounidense experimentaron problemas de visado que algunos intentaron superar. En este sentido, los administradores de la comuna intentaron resolver la propia dificultad de Osho por declararlo como la cabeza de una religión, "Rajneeshismo" en noviembre de 1981 Osho solicitó un permiso de residencia como un trabajador religioso, el cual fue negado por el argumento de que no podría dirigir una religión mientras esté enfermo y en silencio. Esta decisión se anuló posteriormente por defectos procesales y tres años después, en 1984, se le concedió permiso para quedarse como líder religioso.

Durante los años en Oregón se observó un mayor énfasis en la predicción de Osho de que el mundo podría ser destruido por una guerra nuclear u otros desastres en algún momento de la década de 1990. Osho ya lo había dicho desde 1964 que "la tercera y última guerra está en camino" y frecuentemente hablaba de la necesidad de una "nueva humanidad" para evitar el suicidio global. Ahora esto se convirtió en la base para un nuevo exclusivismo, y en un artículo de 1983 en el Boletín de la Fundacaión Rajneesh anunciando que "el Rajneeshismo está creando un Arca de Noé de la consciencia... yo les digo que, a excepción de esto no hay otra manera", aumentó el sentido de urgencia en la construcción de la comuna de Oregón. En marzo de 1984, Sheela anunció que Osho había predicho la muerte de dos-tercios de la humanidad por el Sida. Se exigió a los Sanniasins que cuando tuvieran relaciones sexuales utilizaran guantes de goma y condones, y que evitaran los besos, medidas ampliamente representadas en la prensa como una reacción exagerada y extrema puesto que en ese momento los condones normalmente no eran recomendados para la prevención del Sida. En una ocasión, Osho catalogó a este enfoque como un ardid para despertar a la gente, y para que dejen de preocuparse en trivialidades, todo esto sin dejar de considerar que el mundo está realmente en posición de cometer un suicidio global.

Al principio Osho respaldaba incondicionalmente a Sheela cuando ella tenía disputas con otros líderes que cuestionaban su conducta, pero finalmente convocó una reunión privada en la primavera de 1984, con Sheela y su personal interno presente, diciéndole a Sheela en frente de los demás de que su casa, no de ella, era el centro de la comuna. Él advirtió-proféticamente, como se vio después—que cualquiera que se acercara a él sería blanco de Sheela. Varios meses después, el 30 de octubre de 1984, terminó su periodo de silencio público, anunciando que era momento de "hablar sus propias verdades". En julio de 1985, volvió a los discursos públicos diarios en el salón de meditación de 2 acres (8.100 m²), contra los deseos de Sheela de acuerdo a las declaraciones que él hizo a la prensa. El 16 de septiembre de 1985, pocos días después de que Sheela y todo su equipo directivo hayan dejado repentinamente la comuna para ir a Europa, Osho sostuvo una conferencia de prensa en la que él llamó a Sheela y a sus socios como una "banda de fascistas". Los acusó de haber cometido una serie de delitos graves, la mayoría de estos se remontan a 1984, e invitó a las autoridades a que investigaran. Los delitos alegados, que él afirmó que habían sido cometidos sin su conocimiento o consentimiento, incluían el intento de asesinato de su médico personal, el envenenamiento de funcionarios públicos, escuchas telefónicas y espionaje dentro de la comuna y dentro de su propia casa, y un ataque bioterrorista a los ciudadanos de The Dalles, Oregón, usando Salmonella. Si bien sus denuncias fueron recibidas inicialmente con escepticismo por los observadores externos, en una posterior investigación de las autoridades estadounidenses se confirmaron esas acusaciones y dieron lugar a la condena de Sheela y varios de sus lugartenientes.

El ataque de la salmonella se señaló como el primer caso confirmado de terrorismo químico o biológico que se ha producido en los Estados Unidos. Osho declaró que porque estaba en silencio y aislamiento, reuniéndose solo con Sheela, no estaba al tanto de los crímenes cometidos por la dirección de Rajneeshpuram hasta que Sheela y su "pandilla" se fueron y los sanniasins se acercaron a informarle. Algunos comentaristas han dicho que, en su opinión, Sheela estaba siendo utilizada como un chivo expiatorio. Otros han señalado al hecho de que aunque Sheela haya espiado el cuarto de vivienda de Osho y haya puesto sus grabaciones a disposición de las autoridades estadounidenses como parte de su propia declaración pactada de culpabilidad, no hay evidencia que haya salido a la luz de que Osho haya sido parte de estos crímenes. Sin embargo, Gordon (1987) informa de que Charles Turner, David Frohnmayer y otros agentes del orden, que habían examinado las declaraciones juradas nunca lo difundieron públicamente y quienes escucharon cientos de horas de grabaciones de la cinta, le insinuaron que Osho era culpable de más delitos que aquellos por los que finalmente fue procesado. Frohnmayer afirmó que la filosofía de Osho no estaba "desaprobando la intoxicación" y que sintió que él y Sheela habían sido "realmente malvados".

Según el testimonio judicial de Ma Ava (Ava Avalos), una discípula prominente, Sheela puso para sus asociados una grabación de una reunión que ella había tenido con Osho acerca de la "necesidad de matar gente" con el fin de fortalecer la débil determinación de los sanniasins a participar en su sanguinaria conspiración: "Ella llegó a la reunión y [...] empezó a reproducir la cinta. Fue un poco difícil de escuchar lo que él estaba diciendo. [...] Y la esencia de la respuesta de Bhagwan, sí, iba a ser necesario matar gente para permanecer en Oregón. Y eso de matar gente no fue una cosa tan mala. Y en realidad Hitler era un gran hombre, aunque no pudo decirlo públicamente porque nadie entendería eso. Hitler tenía una gran visión."

Sheela inició sus intentos de asesinar a la compañera íntima y cuidadora de Osho, Ma Yoga Vivek, y a su médico personal, Swami Devaraj (Dr. George Meredith), porque ella sintió que ellos eran una amenaza para Osho. Avalos afirmó que Sheela y Vivek se hicieron enemigas desde el principio, en el establecimiento de la comuna Rajneesh en Poona, India. De acuerdo a Avalos, Sheela estaba celosa de la cercanía y de la influencia que ella ejercía sobre Osho, y declaró que Sheela convenció a sus seguidores de que Vivek estaba conspirando con Devaraj para matar a Bhagwan. Sheela también había grabado secretamente una conversación entre Devaraj y Osho "en el cual el médico estuvo de acuerdo en conseguir las drogas que el gurú quería para asegurarse una muerte tranquila si es que él decidía quitarse la vida".

Durante su estancia en Rajneeshpuram, Osho dictó tres libros bajo la influencia del óxido nitroso que se le fue administrado por su dentista personal durante las sesiones de su tratamiento odontológico: Vislumbres de una Infancia Dorada, Notas de un Loco y Libros Que He Amado. Más tarde Sheela declaró que Osho tomaba sesenta miligramos de Diazepam todos los días para mantener la calma y de que era adicto al óxido de nitroso. Osho negó estas acusaciones al ser interrogado sobre ellos por los periodistas. El 30 de septiembre de 1985, Osho negó que él era un maestro religioso. Sus discípulos quemaron 5,000 copias del Libro del Rajneeshismo, una compilación de 78 páginas de sus enseñanzas que definían "Rajneeshismo" como "una religión sin religión". Él dijo que ordenó la quema de libros para librar a la secta de los últimos vestigios de la influencia de Sheela, cuyas ropas fueron también "puestos a la hoguera".

Osho fue acusado de treinta y cinco cargos en el Condado de Multnomah, Oregón el 28 de octubre de 1985: Los cargos incluían violaciones de inmigración y declaraciones falsas para su solicitud de visado. Él aceptó pagar $400.000 en multas y fue deportado de los EE.UU.

El 23 de octubre de 1985, un jurado federal emitió treinta y cinco cargos contra Osho y muchos otros discípulos por conspiración de evadir las leyes de inmigración. La acusación era a puerta cerrada, pero la noticia fue llevada al abogado de Osho. Las negociaciones para permitir a Osho entregarse a las autoridades en Portland si una orden de arresto fuera emitida fracasó. Rumores de una toma de posesión por parte de la Guardia Nacional de los Estados Unidos y una planificada detención violenta de Osho, dio a lugar a inquietudes y temores a disparos. En base a las grabaciones de Sheela, las autoridades manifestaron la creencia de que existió un plan donde a las mujeres y niños "sanniaasins" se les requiriera crear escudos humanos, en caso de que las autoridades hubiesen intentado arrestar a Osho en la comuna. El 28 de octubre de 1985, Osho y un pequeño número de sanniasins que lo acompañaban fueron arrestados sin una autorización legal y a punta de pistola a bordo de un alquilado Learjet en una pista de aterrizaje en Carolina del Norte; de acuerdo a las autoridades federales, el grupo estaba camino a Bermudas para evitar ser procesados. $58,000 en efectivo, 35 relojes y brazaletes valorizados en $1 millón fueron encontrados en la aeronave. Por lo que todos dicen, Osho no había sido informado del inminente arresto ni de la razón del viaje.

Osho fue separado de los demás y, a pesar del hecho de que no había siquiera órdenes de detención, se negaron a darle la libertad bajo fianza. Después de haber estado detenido durante siete días en Charlotte, Carolina del Norte, se les dijo a los abogados de Osho que él estaba siendo enviado en avión a la prisión de Oregón, en Portland, para ser juzgado. En consecuencia, todos regresaron a Portland para concurrir con el avión. Solo que, cuando llegó, Osho no estaba en él. Lejos de ser enviados en avión de vuelta a Oregón, Osho fue trasladado clandestinamente a la ciudad de Oklahoma. Allí Osho es retenido incomunicado y forzado a registrarse bajo el seudónimo de David Washington, en la cárcel del Condado de Oklahoma. De acuerdo a Osho, "La idea era que si yo escribo David Washington y firmo David Washington, puedo ser asesinado, envenenado, destrozado y no habrá ninguna prueba de que alguna vez haya entrado a la cárcel[...]" Eventos subsecuentes indican que es probable que haya sido envenenado con el metal pesado, talium (un tipo de veneno que destruye la resistencia del cuerpo contra enfermedades), mientras se encontraba en esa prisión y en la Penitenciaría Federal de El Reno (Oklahoma) (lugar donde finalmente fue localizado por sus abogados para traerlo de regreso a Portland).

El encarcelamiento de Osho y su transferencia a través del país se convirtió en un espectáculo internacional— donde Osho fue exhibido en esposas. A los funcionarios les tomó los diez días completos disponibles legalmente para transferirlo a Portland para la acusación. Después de comenzar a declararse "no culpable" de todos los cargos y ser liberado bajo fianza, Osho, por consejo de sus abogados, accedió a una "Declaración de Alford"—un tipo de declaración de culpabilidad a través del cual el defendido mantiene la inocencia al mismo tiempo que declara que la fiscalía podría haberlo condenado.—a dos de los 35 cargos en su contra: Un cargo por tener un intento oculto para residir permanentemente en los EE.UU en el momento de su solicitud original de visado en 1981 y por un cargo de haber conspirado en tener "sanniasins" dentro de matrimonios falsos para poder adquirir una residencia en EE.UU. Bajo el acuerdo de sus abogados hecho con la oficina del fiscal de Estados Unidos, se le concedió una sentencia suspendida de 10 años, 5 años de libertad condicional y una multa de $400,000 por costos de sanciones y procesamientos, acordó salir de los Estados Unidos y no podía regresar durante al menos 5 años sin el permiso del Fiscal general de los Estados Unidos.



Tour Mundial y el Retorno a Poona: 1985—1990

Después de su salida de los Estados Unidos, Osho regresó a India, aterrizando en Delhi el 17 de noviembre. Recibió una bienvenida de héroe por sus discípulos indios y denunciaron a los Estados Unidos, diciendo que el mundo debe "poner al monstruo América en su lugar" y que "O a América se le calla o América será el fin del mundo". Luego se quedó por seis semanas en Himachal Pradesh. Cuando las visas de los  no indios en su grupo habían sido revocadas, se trasladó a Katmandú, Nepal, y hablaría dos veces al día durante los siguientes dos meses. En Febrero, el gobierno Nepalense rehúsa otorgar visas a sus visitantes y asistentes cercanos. Unos meses más tarde Osho abandona Nepal y se embarca en un tour mundial. Viaja a Creta, donde se le concede una visa de turista de 30 días. Pero tan solo 18 días después, la policía del Servicio de Inteligencia Nacional de Grecia, entra violentamente en la casa donde se aloja, lo arresta a punta de pistola y lo deporta. Los medios de comunicación griegos indican que la presión del gobierno y la iglesia provocaron la intervención de la policía. Luego voló a Ginebra (Suiza), luego a Estocolmo y a Heathrow, pero en cada caso fue negada su entrada. Luego Canadá negó el permiso de aterrizaje, así que su avión regresó al aeropuerto de Shannon, Irlanda, para abastecerse de combustible. Allí se le permitió permanecer por dos semanas, en un hotel en Limerick, con la condición de no salir o dar charlas. Durante las siguientes semanas, Osho visita o solicita permiso de visitar varios países en Europa y América. Todos estos países rehúsan otorgarle una visa de visitante o revocan la visa otorgada a su llegada y lo obligan a partir. Algunos incluso niegan el permiso de aterrizaje para su avión, tal como sucedió con Canadá. Después a Osho se le otorga una cédula de identidad Uruguaya, un año de residencia provisional y una posibilidad de residencia permanente, así que el grupo se establece, teniendo como parada Madrid, donde el avión fue rodeado por la Guardia Civil. Es permitido pasar una noche en Dakar, luego continuó para Recife y Montevideo. En Uruguay, el grupo se trasladó a una casa en Punta del Este donde Osho empieza a hablar públicamente. El gobierno de este país programa una conferencia de prensa para el 14 de mayo durante la cual anunciará que se otorgará residencia permanente a Osho en Uruguay. El Presidente de Uruguay, Sanguinetti, más tarde admite que recibió una llamada de Estados Unidos la noche anterior a la conferencia de prensa. En esta llamada se le dijo que si permitía a Osho la estancia en Uruguay, la deuda de seis millones de dólares que Uruguay tenía con Estados Unidos, debía ser pagada inmediatamente y no se autorizarían más préstamos. El 18 de junio Osho recibe la orden de abandonar Uruguay. Una visa de dos semanas fue organizada para Jamaica, pero a su llegada en Kingston, la policía dio al grupo 12 horas para salir. Reabasteciendo el combustible en Gander (Ciudad de la Isla de Terranova de Canadá) y en Madrid, Osho regresó a Bombay, India, el 30 de julio de 1986.

En enero de 1987, Osho regresó al ashram en Poona, donde sostuvo todos los días discursos en las tardes, excepto cuando era interrumpido por su intermitente mala salud. Las publicaciones y terapias se reanudaron y el ashram empezó a crecer, ahora como una "Multiversidad" donde la terapia actuaba como un puente para la meditación. Osho diseñó nuevos métodos de "terapias para la meditación" tales como la "Rosa Mística" y por primera vez en más de diez años, él empieza a guiar personalmente la meditación al final de los discursos de las tardes. Sus discípulos occidentales no formaron grandes comunas, la mayoría prefería la vida independiente y ordinaria. Los ropajes Rojo/Naranja y el mala se abandonaron en gran medida, habiendo sido opcionales desde 1985. El uso de túnicas de color rojo – solo dentro de las instalaciones del ashram  fue re-introducido en el verano de 1989, junto con las túnicas blancas usadas para la meditación de la tarde y las túnicas negras para los líderes de grupo.

En noviembre de 1987, Osho expresó la convicción de que su salud se estaba deteriorando (náuseas, fatiga, dolor en las extremidades y la falta de resistencia a las infecciones) debido a la intoxicación por parte de las autoridades de Estados Unidos mientras estaba en prisión. Sus médicos y su ex abogado, Philip J. Toelkes (Swami Prem Niren), presentaron la hipótesis de que —como sus síntomas se concentraban en el lado derecho del cuerpo— debía de haber dormido sobre su lado derecho sobre colchones (en cárceles de Carolina del Norte, Oklahoma y finalmente en Portland) deliberadamente irradiados con talio, pero no hubo ninguna prueba contundente. El fiscal estadounidense Charles H. Hunter describió esto como una "completa ficción". Otra explicación menos siniestra es que Osho —a quien se le había diagnosticado de diabetes muchos años atrás— habría sufrido una serie de problemas sistémicos en las etapas finales de su enfermedad crónica, quizá exacerbadas por el estrés que experimentó en la cárcel y por el uso de óxido nitroso y diazepam en los años ochenta.

Desde principios de 1988, los discursos de Osho se centraron exclusivamente en el Zen. A finales de diciembre, declaró que no quería ser nombrado "Bhagwan Shree Rajneesh", y en febrero de 1989, solicitado por sus discípulos, adoptó el nombre "Osho Rajneesh", abreviado a "Osho" en septiembre. Asimismo, solicitó que todas las marcas anteriores con RAJNEESH se renombraran a nivel internacional a OSHO. Él explica que este nombre deriva de la palabra oceanic, creada por William James, que significa disolviéndose en el océano y que en el lejano Oriente quiere decir El Bendecido, sobre quien el cielo vierte flores. Pronunció su último discurso público en abril de 1989, a partir de entonces simplemente se sentó en silencio con sus seguidores, y descansando para recuperarse de sus problemas de salud. En julio su salud mejora y aparece dos veces a dar darsanas silenciosos durante el Festival, ahora llamado Celebración de Luna Llena de Osho. En agosto de 1989, comienza a aparecer diariamente en el Auditorio Gautama el Buda para el darsana de las tardes. Inaugura un grupo especial de sanyassins en túnicas blancas, llamado "Osho White Robe Brotherhood." (Hermandad de las Túnicas Blancas de Osho), luego solicita a todos los sanniasins y no sanniasins que asistan al darsana de las tardes, y que utilicen los ropajes blancos. Después de celebrar su cumpleaños, el 11 de diciembre de 1989, el maestro comenzó a decaer nuevamente. Su doctor culpa a alguien de entre los miembros de la audiencia de cantar mantras en los discursos que emiten energías negativas dañinas para sus centros nerviosos. Dos días más tarde, el médico insiste en que alguien está utilizando magia negra para dañar al maestro. Osho dijo que podía defenderse y devolver el mal a esa persona, pero que no es su estilo.

El enero de 1990 marca el principio del fin. Cada día se siente más débil, no puede pronunciar discursos ni liderar meditaciones. Es incapaz de caminar hasta el Gautama Buddha Auditórium. El día 18 ya no se levanta. En la mañana del 19, su doctor observa un pulso irregular y le sugiere prepararse para resucitación cardiaca. Osho responde: "No. Déjenme ir. La existencia ha decidido que es el tiempo... Mi presencia será mucho más fuerte sin el infierno de mi cuerpo torturado." A las 17:30 su espíritu vuela. Sus discípulos lloran desconsolados. Su muerte fue noticia internacional de las agencias cablegráficas que hacían notar un dato curioso: el críptico epitafio grabado en la tumba que guarda sus cenizas había sido escrito por el propio maestro pocos días antes de morir: "Osho Nunca Nació, Nunca Murio, Solo Visitó este Planeta Tierra entre el 11 de diciembre de 1931 y el 19 de enero de 1990. Antes de su muerte, le preguntaron que pasaría cuando se fuera. Respondió: "Si hay algo de verdad en lo que he dicho, sobrevivirá. La gente interesada en mi trabajo llevará la antorcha, sin imponer nada a nadie..., deseo que no olviden el amor, porque si no es sobre él no se puede fundar iglesia alguna. La conciencia no es monopolio de nadie, igual la celebración, el regocijo y la mirada inocente de un niño... Conózcanse a sí mismos pues el camino es hacia adentro." Osho murió el 19 de enero de 1990, a la edad de 58 años, sus cenizas fueron colocadas en su reciente dormitorio en la Casa de Lao Tzu en el ashram de Poona.

OSHO NOS HABLA

Dos caminos para la energía: sexo y meditación

Reinicio mi charla con una breve historia. Hace muchos, muchos años, vivía en cierto país, un joven y famoso pintor. Una vez decidió crear un retrato realmente grandioso, un retrato en vivo lleno de la alegría de Dios, con un par de ojos que irradiasen paz eterna. Emprendió la búsqueda de una persona cuyo retrato reflejase la luz eterna, etérea.

Recorrió pueblo tras pueblo y una selva tras otra en busca de esa persona. Finalmente halló un pastor cuyos ojos brillaban, cuyo rostro y aspecto daban la vaga sensación de que provenía de una morada celestial. Bastaba echarle una mirada para convencerse de que Dios también se halla presente en el hombre.

El artista pintó un retrato de este hombre. Millones de copias del retrato se vendieron por todas partes. La gente se sentía agradecida por poder colgar el retrato en sus paredes. Luego de un
intervalo de veinte años, cuando el artista había envejecido, pensó en hacer otra obra maestra. Había experimentado que la vida no es sólo bondad; también Satanás mora en el hombre. La idea de pintar un cuadro de Satanás le perseguía, pues sólo tendría un hombre completo si tenía las dos pinturas, complementándose la una a la otra. Había realizado una pintura de la cualidad divina; ahora deseaba retratar a la encarnación del mal.

Deseaba hallar a un hombre que no fuese un hombre, sino un demonio. Recorrió templos del vicio, bares y manicomios. El sujeto debía estar lleno de los fuegos del infierno; su rostro debía mostrar todo lo que es malo, feo y sádico. Debía ser un símbolo del pecado...

Después de prolongada búsqueda, el artista encontró a un prisionero en una cárcel. El hombre había cometido siete asesinatos, y por eso se le había sentenciado a ser ahorcado en pocos días. El infierno era obvio en sus ojos; irradiaban odio. Su rostro era el más desagradable que pudieras encontrar. El artista comenzó a retratarlo.

Al terminar, trajo su pintura anterior y colocó una pintura al lado de la otra para apreciar el contraste. Desde el punto de vista artístico, era muy difícil decidir cuál era la mejor. Las dos eran maravillosas. Permaneció de pie, mirando los dos cuadros. Y entonces oyó un sollozo. Volteó la cabeza y vio al prisionero encadenado y llorando.

El pintor se quedó perplejo. Preguntó: «Amigo mío, ¿por qué lloras? ¿En qué forma te perturban estas pinturas?»

El prisionero respondió: «He intentado ocultar la verdad durante todos estos días, pero hoy me he visto vencido. Tú quizás no sabes que la primera pintura también es mi retrato. Ambos son retratos míos. Yo soy el mismo pastor que encontraste hace veinte años en las montañas. Lloro por mi caída en los últimos veinte años, del cielo al infierno, de Dios a Satanás».

No sé cuán cierta pueda ser esta historia. Sin embargo, una cosa es segura: la vida del hombre tiene dos lados opuestos, dos pinturas. En cada hombre están presentes tanto Satanás como Dios. En cada hombre existen tanto la posibilidad del cielo como la del infierno. En el hombre puede crecer un ramo de hermosas rosas; también en el hombre puede acumularse un montón de barro. Todos los hombres están balanceándose entre estos dos polos. El hombre puede llegar a cualquiera de estos dos extremos. La mayoría de las personas se in-clinan hacia lo infernal. Son escasos los afortunados que aspiran a lo espiritual, que permiten que la cualidad divina crezca en ellos. ¿Po-demos lograr transformar nuestra vida en un templo de Dios? ¿Podemos acaso transformarnos en una pintura que deje en evidencia a Dios? ¿Cómo es posible esto?

Con esta pregunta reinicio la discusión de hoy. ¿Cómo puede el hombre transformarse en el reflejo de Dios? ¿Es acaso posible conver-tir la vida del hombre en un paraíso, en una fragancia, en una belleza, en una armonía? ¿Es posible para un hombre conocer aquello que es inmortal? ¿Cómo puede el hombre entrar en el templo de Dios?

En este contexto, los hechos de la vida evidencian un avance en la dirección opuesta. En la niñez nos encontramos en el paraíso; pero, a medida que envejecemos, terminamos en el infierno. El mundo de la niñez está lleno de inocencia y pureza. Luego, avanzamos poco a poco en un camino lleno de mentiras y perfidia, y para cuando somos ancianos, somos viejos no sólo en cuanto al cuerpo, sino que también nuestras almas han envejecido. No es sólo el cuerpo el que se debilita y se vuelve enfermizo, sino que el alma también llega a un estado de ruina. Damos este cambio por sentado, como un hecho consumado, damos por finalizado el asunto y también nosotros mismos nos damos por acabados.

Acerca de esta caída, respecto al viaje entre cielo e infierno, la religión es fatalista. El viaje debiera ser hecho en la dirección opuesta. El viaje debiera resultar ventajoso: de la pena a la alegría, de la oscuridad a la luz, de la mortalidad a la inmortalidad. Alcanzar lo inmortal desde lo mortal es el anhelo, la sed de nuestra alma más re-cóndita. La única búsqueda del alma consiste en ir desde la oscuridad hacia la luz. Lo único que desea la energía primaria es ir desde lo falso hacia lo verdadero.

Pero para ese viaje, el hombre debe preservar su energía, debe permitir que su energía crezca. Para ascender hacia la Verdad, para llegar al alma, el hombre debiera esforzarse por transformarse en un depósito de fortaleza ilimitada. Sólo entonces podrá alcanzar lo Eter-no. El paraíso no es para los débiles. Repito, el paraíso no es para los débiles. La Verdad de la Vida no es para aquellos que disipan energía y se vuelven endebles y blandos. Aquellos que malgastan la energía de la vida y se vuelven insípidos e impotentes en su interior, no pue-den emprender esta jornada.

Escalar esas alturas requiere energía, y la conservación de la energía es el requisito primordial de la religión. Pero somos una gene-ración débil y enferma. Poco a poco nos deslizamos hacia profun-didades de más y más debilidad, debido a la pérdida de energía. La vitalidad se disipa, y lo que queda en nuestro interior es un panal de celdillas secas. No queda nada, excepto un espantoso vacío. Así es nuestra vida, si la podemos llamar así. Nuestra vida es sólo una triste historia de continua pérdida. La vida que llevamos no es provechosa.

¿A qué se debe esta situación tan poco atractiva? ¿Cómo perdemos nuestra energía? El mayor escape de energía en el hombre es a través del sexo y debería ser obstruido. A nadie le gusta soportar pérdidas, sin embargo, tal como les dije antes, existe un motivo irresistible que lleva al hombre a abusar de su energía. Debido al beatífico vislumbre que obtiene en el sexo, el hombre es arrastrado, lo quiera o no, a perder energía una y otra vez. Debido al luminoso, pero huidizo, éxtasis que el sexo otorga, éste ejerce un atractivo tan magnético que el hombre se precipita en él perdiendo aquello que es la base de todo.

Si el mismo éxtasis pudiera obtenerse mediante algún otro medio, uno dejaría de malgastar su energía a través del sexo. ¿Existe alguna otra alternativa para vivir esa misma experiencia? ¿Existe acaso algún otro medio a través del cual podamos vivir la misma exaltada experiencia, por la cual penetramos en los lugares más apartados del alma, por la cual alcanzamos la cima más elevada de la existencia y en la que obtenemos un vitalizador vislumbre del éxtasis sutil y de la pura alegría en el cual todas las definiciones se evaporan? ¿Existe alguna otra forma? ¿Existe otra técnica con la cual podamos zambu-llirnos y dejamos llevar a ese sereno abismo que existe en nuestro interior? ¿Existe acaso algún otro proceso para unirse con la fuente eterna de paz y felicidad que se halla en todos nosotros?

El conocimiento de esto significaría una metamorfosis en el hombre. Y entonces, el hombre le volvería la espalda a Kama y se volvería hacia Rama; su recorrido sería «desde la lujuria al Señor». Tendría lugar una revolución interna; una nueva puerta se abriría.

Si al hombre no se le muestra una nueva abertura, dará vueltas repetitivamente en círculos y se destruirá a sí mismo. El arcaico concepto del sexo que el hombre ha tenido, le ha impedido incluso pensar en ninguna otra puerta de salida, en ninguna salida superior. Así es como se ha creado un gran caos destructivo en su vida.

La naturaleza ha dotado a la vida sólo con una puerta: la del sexo, pero las enseñanzas a través de los siglos han atascado esa puerta de descarga. A falta de una abertura adecuada, la turbulenta vitalidad en nuestro interior da vueltas y vueltas, estrujando y desintegrando la personalidad del hombre, convirtiéndole en un neurótico. Y además, el hombre desintegrado, no puede utilizar la puerta natural del sexo, y así la oleada de energía proveniente del interior destroza los muros y ventanas de su ser y erupciona... Como consecuencia, el hombre se desploma, se hiere en la cabeza, se rompe brazos y piernas. La energía sexual, debido a su confinamiento, al cierre de su escape na-tural y debido también a que la puerta supernatural aún no se ha abierto, fluye por salidas no naturales. Esta situación representa la mayor desgracia de la Humanidad. Aún no se ha abierto una nueva puerta y la antigua ya está cerrada.

Es por eso que me pronuncio claramente en contra de las enseñanzas tradicionales respecto al sexo, que apuntan a la enemistad y a la represión. El resultado final de todas estas antiguas enseñanzas es que la sexualidad ha crecido en el hombre y además se ha per-vertido. ¿Cuál es el remedio? ¿No existe acaso otra alternativa? ...

Echemos una ojeada a la situación detenidamente. La realización que se alcanza en el orgasmo incluye dos elementos: la ausencia de ego y la ausencia de tiempo. El tiempo se congela y el ego se evapora. Debido a la ausencia de ego y a la detención del tiempo, obtenemos una clara visión de nuestro propio Yo: nuestro verdadero Yo. Entramos en contacto momentáneo con esa gloria y regresamos nuevamente a la rutina. Mientras tanto hemos perdido una considerable cantidad de energía.

La mente suspira por obtener ese resplandor, por atraparlo nuevamente, pero ese resplandor, ese vislumbre, es tan huidizo que apenas lo hemos mirado, ya ha desaparecido. Lo que queda es un anhelo, una obsesión, una loca ansiedad por obtener esa experiencia nuevamente. Durante toda su vida el hombre intenta una y otra vez asir aquello; pero este vislumbre, esta experiencia vivificante, no per-manece.

Existen dos formas de alcanzar esa superconsciencia, de alcanzar la esencia del Yo interno: el sexo y la meditación. El sexo es la puer-ta que la naturaleza otorga. Es un curso natural. Los animales lo tie-nen, las aves lo tienen, las plantas lo tienen, los hombres lo tienen. Mientras el hombre se valga de esta puerta proporcionada por la Naturaleza, no se hallará por encima de los animales; no puede elevarse. Esa puerta también está al alcance de los animales. El día en que el hombre pueda encontrar una nueva puerta deberá ser considerado como el amanecer de la condición de ser humano en él. Antes de eso, no somos humanos. Antes de eso, el centro de nuestra vida coincide con el centro animal, el centro de la Naturaleza. En realidad, estamos al nivel de los animales hasta que no nos elevemos sobre esto, hasta que lo trascendamos. Somos en apariencia, hombres; nos vestimos como hombres, hablamos el lenguaje de los hombres. Pero interiormente, en el fondo, en nuestro centro, somos como animales. No podemos ser más que eso. Y ése es el motivo por el cual, a la menor oportunidad, salta afuera el animal que tenemos adentro. Durante la conmoción que supuso la formación de la India y Pakistán, llegamos a descubrir que hay un animal carnívoro agazapado tras la máscara del hombre. Nos dimos cuenta de lo que son capaces de hacer los que oran en los templos y recitan el Gita. Saquean, asesinan, violan. La misma gente que vimos ayer orando en templos y mez-quitas, la vimos hoy violando en las calles. ¿Qué les ocurrió?

Un hombre se toma unas vacaciones respecto a su humanidad siempre que encuentra la más ligera oportunidad para relajar sus obligaciones, y el animal que está siempre al acecho en su interior, que siempre está anhelando expresarse totalmente, se lanza afuera. El hombre está siempre tenso, frenando a este animal, encadenándolo.

En una multitud, en medio de las aglomeraciones, halla la ocasión para deshacerse de este forzado atavío de humanidad y olvidarse de sí mismo. En medio de la multitud, reúne el valor necesario para ol-vidarse de sí mismo, de este yo forzado. El animal es liberado. El hombre, como ser humano individual, no ha cometido tantos pecados como lo ha hecho mezclado en una multitud. Un hombre en solitario tiene miedo de que alguien lo reconozca; un hombre en solitario se preocupa un poco de la vestimenta que lleva pues puede que le reconozcan; un hombre en solitario reflexiona primero sobre lo que va a hacer. Teme que los demás le puedan llamar «animal». Sin em-bargo, en medio de una gran multitud, pierde su identidad. No le preocupa ser identificado. Ahora forma parte de la muchedumbre, y hace lo que la gente que le rodea está haciendo.

¿Y qué es lo que hace? Arroja piedras, incendia, viola. En medio de la muchedumbre, aprovecha la oportunidad para liberar a su ani-mal. Y ése es el motivo por el cual el hombre comienza a ansiar la guerra cada cinco a diez años; espera alguna revuelta a fin de soltarse. Si es con el pretexto del problema hindú-musulmán, para él está bien. Sino, la causa gujarati-marathi también sirve a su propósito. Si losgujarati- marathis no están listos para un alboroto, el problema entre la gente que desea hablar hindi y la que no desea hacerlo también puede satisfacerle. Debe conseguir un pretexto, cualquier pretexto para liberar a la bestia oculta en su interior.

El animal oculto en el hombre está frustrado por su encarce-lamiento continuo. Aúlla queriendo salir. Pero a menos que este ani-mal sea vencido, destruido, la consciencia del hombre no puede ele-varse por encima de la bestialidad.

Nuestra energía animal, nuestra fuerza vital, tiene sólo una puerta de salida fácil, y esa salida es la del sexo. El sellar ese canal producirá problemas. Antes de sellar este canal es muy necesario abrir una nueva puerta, de modo que las energías puedan ser desviadas en otra dirección. Esto es posible, pero aún no se ha hecho por la sencilla razón de que reprimir es mucho más fácil que transformar. Es muy fácil, más fácil, cubrir algo, sentarse sobre ello, que abordarlo, transformarlo, porque esto último requiere esforzarse en una sadhana, en un continuo camino de acción meditativa. De este modo optamos por la represión interna del sexo.

Al mismo tiempo, no nos damos cuenta de que nada puede ser destruido mediante la represión. Al contrario, se hace más fuerte la reacción. También olvidamos que la represión intensifica el atractivo por lo que se reprime. Aquello que reprimimos se transforma en el centro de nuestra conciencia y se sumerge en los estratos más profundos de nuestro subconsciente. Lo reprimimos durante nuestras horas de vigilia, pero durante la noche aparece en nuestros sueños, interiormente espera con ansiedad poder liberarse a la más pequeña oportunidad.
La represión no liberará de nada al hombre. Al contrario, como consecuencia, sus raíces entran profundamente en el subconsciente y nos apresan. En el proceso de pisotear el sexo, el hombre se ha enredado a sí mismo. Está atrapado.

Tanto es así que, aun cuando los animales son activos dentro de ciertos límites y en ciertos períodos de tiempo, el hombre no tiene período ni límite respecto a este punto. El hombre es sexual durante todo el año, en todo momento. Sin excepción, ninguna criatura del mundo animal es sexualmente activa hasta ese punto. Tienen un lapso de tiempo específico para ello, un período, una temporada. Viene y se va. Por tanto, el animal nunca reflexiona acerca del asunto... Pero miren: ¿qué le ha ocurrido al hombre? Aquello que el hombre intenta reprimir, suprimir, se ha extendido a toda su vida, se halla activo todo el tiempo.
¿Has observado alguna vez que un animal no está siempre activo sexualmente, pero que el hombre se halla dispuesto en cualquier momento y en cualquier lugar? La sexualidad está humeando en su interior, como si la sexualidad lo fuese todo en la vida. ¿Cómo ha surgido esta perversión? ¿Cómo ocurrió este desastre? ¿Por qué no le ha ocurrido a ningún animal? Sólo existe un motivo para ello: el hombre ha intentado lo imposible para reprimir al sexo. Y éste, en igual medida, ha entrado en erupción atravesando su personalidad.

Y piensa en todo lo que tuvimos que hacer para reprimirlo... Tuvimos que asumir una actitud insultante; tuvimos que degradarlo, maltratarlo; tuvimos que llamarlo pecado; tuvimos que vociferar que es pecado; tuvimos que decretar que aquellos que disfrutaban del sexo debían ser despreciados, debían ser desdeñados; tuvimos que inventar muchos epítetos difamatorios, para aseguramos de que la represión ocurriera. Pero no comprendimos que todos estos abusos y objeciones envenenarían todo nuestro ser.

Nietzche dijo una frase que resulta muy indicativa. Dijo que, aun cuando la religión intentó envenenar al sexo para matarlo, el sexo no murió, sino que sigue vivo, pero lleno de veneno. Hubiese sido mejor que hubiese muerto, pero no ha sido así. Está envenenado, y sigue vivo... El plan falló. La sexualidad que vemos a nuestro alrededor es la representación del sexo envenenado.

El gusto por el sexo también está presente en los animales, pues el sexo es la fuente de la vida, pero la sexualidad sólo está presente en el hombre, no en los animales. Mira los ojos de un animal. No encontraremos allí lascivia. Pero si observas los ojos del hombre, no verás otra cosa que la sucia lascivia del sexo. Y así, los animales son bellos en cierta forma, pero no existe límite a la fealdad y al hedor del hombre, el loco represor.

Por tanto, como primer paso para liberar al hombre de la sexua-lidad, debería enseñársele a los niños -niños y niñas- el sexo como materia, tal y como les dije ayer. Además de ese conocimiento, la fea e innatural distancia que existe entre ellos debiera ser eliminada. En realidad, se les debería acercar unos a otros. Su segregación va en contra de la naturaleza. El hombre y la mujer se han transformado en dos especies totalmente diferentes. Observando esta separación, estos compartimentos hechos por el hombre, es difícil suponer que ambos son de la misma especie: seres humanos. Si niños y niñas im-púberes fuesen libres de moverse en la casa sin ropas, tal como quisieran y cuando lo desearan, esto cortaría de raíz la curiosidad obscena e innatural que surge en sus mentes a una edad posterior. Sabemos muy bien cómo esta ignorancia respecto al cuerpo del otro se manifiesta en cierto tipo de tonta curiosidad infantil. Por ejemplo, a todos los niños de familias civilizadas les gusta «jugar al médico».

Aún más: me pregunto si conocéis un nuevo movimiento iniciado por un sector de la sociedad americana. La gente religiosa intenta lograr que vacas, búfalos, perros, gatos, caballos y otros animales no salgan a los caminos sin ropas. Opinan que se les debería vestir antes de sacarlos a la calle. La idea es que los niños pueden contaminarse si miran a un animal desnudo. ¡Qué divertido es pensar que un niño pudiera contaminarse viendo a un animal desnudo! Quieren formar una institución que prohíba a los animales ir desnudos por las calles. ¡Observad, eso es lo mucho que se está haciendo para salvar al hombre!

Estos mal llamados redentores son los que están destruyendo al hombre. ¿Has notado alguna vez cuán maravillosos y hermosos son los animales, incluso desnudos? Aun en su desnudez son inocentes, simples y llanos. Muy rara vez se te puede haber ocurrido que el animal se halla desnudo. No se te ocurre que el animal está desnudo, a menos que ocultes tu propia desnudez en tu interior. Pero aquellos que son miedosos y cobardes, lo están intentando todo debido a su propio miedo a la desnudez. El hombre está degenerando día a día debido a las innovaciones de esta clase de remedios.

El hombre debiera ser tan simple que pudiera ponerse de pie desnudo, sin ropas, inocente y lleno de gozo. Una persona como Mahavira hizo eso precisamente. Del mismo modo, toda persona debería cultivar una mentalidad que le permitiera ponerse de pie desvestido. La gente, la gente religiosa, afirma que Mahavira descarto el llevar ropas, que abandonó los vestidos, pero yo lo niego. Su chitta -su consciencia- se volvió tan clara, tan inocente, tan pura como la de un niño. Cuando no queda absolutamente nada que ocultar, el hombre puede exponerse desnudo. Se levantó desnudo a enfrentarse al mundo.

El hombre se cubre debido a una sensación de que debe tapar algo en su interior. Pero cuando no hay nada que ocultar, uno puede andar sin ropas. Lo que se necesita es un mundo en el que cada indi-viduo se sienta tan poco culpable, donde tenga la mente tan pura y serena, que le sea posible eliminar sus ropas. ¿Qué crimen hay en eso? ¿Qué peligro tiene el andar desnudo?

Si la ropa se utiliza debido a otras razones, esa es otra cuestión, pero si las utiliza únicamente debido al miedo a la desnudez, resulta despreciable. Las ropas que se utilizan debido al temor a la desnudez, indican una desnudez mayor, son prueba de una mente contaminada. Pero hoy en día, incluso vestidos, nos sentimos responsables, como si aún no nos hubiésemos despojado de la desnudez interna. ¡Ah, Dios es tan infantil! Pudo haber creado al hombre con la ropa puesta...

Por cierto, por favor no concluyan que estoy en contra de utilizar ropa. Pero no tengo reparos en proclamar que la ropa que se utiliza únicamente debido al temor a la desnudez no cubre, sino que descu-bre, la desnudez. La conciencia de la desnudez es abyecta, innatural y depravada. Y son antiguas tradiciones sociales las que han produ-cido esta conciencia. Una persona puede seguir desnuda aun vestida, y una persona desnuda puede parecer vestida. ¿Es necesario explicar más este punto después de ver las ropas modernas pegadas a la piel de hombres y mujeres? Este es el resultado de la inclinación insatis-fecha por ver y mostrar el cuerpo. Si hombres y mujeres se hallasen familiarizados con el cuerpo del sexo opuesto, ocurriría automá-ticamente que las ropas no servirían a otro propósito que el de proteger el cuerpo. Sin embargo, ¡qué lástima!, hoy en día las ropas son diseñadas para despertar la sexualidad.

¿A dónde va la civilización del hombre si la ropa ya no es ropa, sino que se ha convertido en un auxiliar de la sexualidad? Por eso es por lo que propongo que a los niños se les permita permanecer des-nudos hasta una cierta edad. Deberían percibir que la necesidad de las ropas sirve a otro propósito.

Además, el concepto de la desnudez constituye una actitud sub-jetiva. Para una mente simple, para una mente inocente, la desnudez no es ofensiva: posee una belleza propia. Pero hasta ahora, el hombre ha sido alimentado con veneno y poco a poco, con el paso del tiempo, éste se ha extendido a la vida entera. Como consecuencia, nuestras actitudes se han vuelto desnaturalizadas. La opresión general ha en-gendrado más complicaciones.

Cuando hablé acerca de este tema en la primera reunión, en el Auditorio Bharatiya Vidya Bhavan, una mujer se acercó y me dijo: «Estoy furiosa. Estoy muy enojada con usted. El sexo es un tema infame. El sexo es pecado. ¿Por qué habló acerca de eso y de forma tan prolongada? Yo desprecio al sexo».

Ahora bien, observad esto. Esta mujer desprecia el sexo, aun cuando es una esposa, tiene un marido y también tiene hijos e hijas. ¿Cómo puede amar a su marido, que le arrastra al sexo, y cómo puede amar a esos niños, que nacieron del sexo? Su actitud hacia la vida está impregnada de veneno. Su amor será venenoso. Y entonces exis-tirá un profundo abismo entre marido y mujer. También aparecerá una cerca de espinas entre madre e hijos, porque estos son fruto del pecado. La relación que existe entre ella y su marido se halla orientada hacia el pecado, perseguida por un complejo inconsciente de culpa. ¿Y podemos acaso intimar con quien tenemos una relación peca-minosa? ¿Podemos acaso armonizar con el pecado?

Aquellos que han envilecido al sexo han destruido la vida conyugal en todo el mundo. Esta actitud destructiva le ha producido al hombre daño y no liberación. El hombre que siente una barrera invisible entre él y su esposa no puede sentirse satisfecho con ella. Mira a las mujeres que le rodean, acude a prostitutas. Todas las mujeres del mundo hubie-sen sido hermanas y madres para él si se hubiese visto totalmente gratificado en su hogar. A falta de esto, ve esposas potenciales en todas las mujeres. Esto es natural, debe ser así, pues encuentra veneno, pecado y repulsión donde hubiese debido recibir felicidad, éxtasis, serenidad. No logra satisfacer sus necesidades primarias y entonces vaga por todas partes, busca en todos lados, ¿y qué es lo que no es capaz de inventar para satisfacer esas necesidades básicas? Nos queda-remos perplejos si intentamos revisar o hacer una lista de todas las artimañas que ha inventado.

El hombre se las ingenió para inventar muchos, muchos trucos y artimañas, pero nunca pensó en reconsiderar el impedimento funda-mental. Aquello que era una laguna de amor, se ha convertido en una ciénaga de sexo, y la ciénaga está envenenada. Y cuando existe una clara sensación de pecado, de veneno, una sensación de vacilación entre esposo y esposa, esa sensación de culpabilidad echa por tierra la exaltación de la vida.

Tal como yo lo entiendo, si marido y mujer intentaran armónica-mente apreciar el sexo amándose comprensivamente el uno al otro, con una actitud de pura alegría, sin rechazo alguno, su relación será transformada, elevada. Y después de que esto suceda puede que la misma esposa esté allí, pero que lo esté bajo la apariencia de una madre. He oído que una vez, Kasturba , la mujer de Gandhi, viajó a Ceilán con Gandhiji y su comitiva. La persona que pronunciaba el discurso de bienvenida dijo que sentían afortunados al ser honrados también con la presencia de la madre de Gandhiji que acompañaba al Sr Gandhi en su viaje y que estaba sentada a su lado. El secretario de Gandhiji se quedó sin habla. Era error suyo; debió haber presentado antes a todos los miembros de la comitiva a los organizadores. Pero ya era demasiado tarde; Gandhiji ya estaba frente al micrófono y había iniciado su discurso. El secretario se temía la reprimenda que, después, le podía dar Gandhiji. No sabía que Gandhiji no se iba a enojar con él, pues son pocas las personas que logran transformar a su esposa en su madre. Gandhiji estaba hablando: «...Es una feliz coincidencia que el amigo que me ha presentado haya dicho, por error, la verdad. Desde hace unos pocos años, Kasturba se ha transformado en mi madre. Alguna vez fue mi esposa, pero ahora es mi madre».

Siempre es posible, si hombre y mujer se esfuerzan por examinar su vida sexual en forma meditativa, que se vuelvan amigos y logren complementarse el uno al otro en la transformación del sexo. Y el día en que marido y mujer logran transformar el sexo, nace entre ellos un sentimiento de abrumadora gratitud. Pero en la actualidad, entre ellos existe una innata y sutil enemistad; una inminente pugna, y no una serena amistad. Se produce una sensación de profunda satisfacción cuando cada uno actúa como medio para transformar los deseos sexuales del otro. Una verdadera amistad florece cuando se vuelven compañeros en este ascenso, en la trascendencia del acto sexual. Ese día, el hombre se llena de respeto por la mujer, porque ella le ayudó a liberarse de la lujuria sexual. Ese día, la mujer se llena de gratitud hacia el hombre, por la ayuda brindada para liberarse de su pasión. Desde ese día, viven en real armonía amorosa y no sumergidos en la lujuria. Esta regeneración es el inicio del viaje al final en el cual el marido se transforma en dios para la esposa y la esposa se transforma en la deidad para el marido. Pero esa posibilidad se halla envenenada.

Dije ayer que es difícil encontrar a un enemigo del sexo tan en-conado como yo. Eso no implica que maltrate o desacredite al sexo. Dije eso con intención, para guiarles en la dirección correcta de la trascendencia, para indicarles cómo puede ser transformada la lujuria. Soy un enemigo del sexo, en el sentido de que estoy a favor de la transformación del carbón en diamante. Deseo transformar el sexo.

¿Cómo puede hacerse? ¿Cuál es el procedimiento? Afirmo que se debería abrir una puerta, una nueva puerta. El sexo no aparece cuando el niño nace. Hay un tiempo de por medio. El cuerpo reunirá energía, las células se harán fuertes; transcurre tiempo antes de que el desarrollo del cuerpo se complete. La energía se acumulará y luego empujará hasta abrir la puerta que estuvo cerrada durante catorce años y ésa será su entrada en el mundo del sexo. Y una vez que una puerta se abre, es muy difícil abrir una nueva puerta por medio de la fuerza vital, puesto que toda la vitalidad, toda la energía, sigue fluyendo en la dirección en que está saliendo a chorros. Una vez que el Ganges ha trazado su curso, sigue fluyendo en el mismo surco. No busca diariamente un nuevo surco. El agua fresca viene todos los días, pero fluye por el mismo canal. Del mismo modo, la fuerza vital también traza un curso y luego sigue corriendo por el mismo trazado.

Si queremos curar al hombre de su sexualidad, resulta muy nece-sario practicar una nueva abertura antes de que la puerta del sexo se abra. La nueva puerta es la meditación. A todos los niños, a su más tierna edad, se les debería enseñar meditación. Las falsas enseñanzas en contra del sexo debieran ser prohibidas; se les debería enseñar meditación. Es una puerta positiva, una abertura superior. La fuerza vital debe decidir entre el sexo y la meditación. Y la meditación es una alternativa superior.

No condenes al sexo; en vez de eso, enseña la entrada a la medi-tación. Las charlas dadas a niños, niños y niñas, en contra del sexo a una tierna edad, solamente les advierten de la existencia del sexo. Esto es muy peligroso. Más tarde, esto les conducirá a las perversiones de una sexualidad inmadura. Cuando aún no se ha abierto ninguna puerta, cuando las puertas están cerradas, cuando la energía está a salvo, podría abrirse cualquiera de las puertas, pero la insistencia en las enseñanzas en contra del sexo es como llamar insistentemente a la puerta del sexo.

Una planta joven y flexible puede ser inclinada en cualquier dirección. También se inclina humildemente, por sí sola. Se endurece al crecer. Si tratas de doblarla cuando es adulta, se deformará, se rom-perá. Lo mismo ocurre en este caso. Es muy difícil alcanzar el estado de meditación a una edad madura. Intentar la meditación en gente de edad es como sembrar fuera de estación. La semilla de la meditación podría sembrase en los niños. Sin embargo, tal como el hombre es, se interesa por la meditación hacia el final de su vida. Entonces se halla ansioso por meditar, cuando ya la energía ha declinado, cuando todos los caminos para mejorar se han vuelto más difíciles. Es en-tonces cuando investiga la meditación y el yoga. Desea reformarse cuando la suerte ya está echada, cuando la transformación resulta difícil. El hombre con un pie en la tumba pregunta si podría liberarse a través de la meditación. Es extraño... Esa idea es una locura.

Nuestro planeta nunca podrá estar en paz a menos que iniciemos un viaje hacia la meditación en cada mente joven. Es inútil intentarlo con aquellos que se encuentran al final de sus fuerzas, que se encuen-tran en el atardecer de sus vidas. Aunque se intente, esto deman-daría un enorme esfuerzo que no rendiría muchos frutos. El objetivo podría alcanzarse si el intento se realiza temprano en la vida, cuando no exige mucho esfuerzo.

Así pues, el primer paso hacia la transformación del sexo es iniciar en la meditación a los niños pequeños. Enseñarles a ser calmados, a estar silenciosos, instruírles acerca del estado de no-mente. Aun cuando los niños no son calmados y quietos en el sentido de los adultos, si se les guía en la dirección correcta, si se les enseña a cultivar el discreto silencio y la placidez aunque sea sólo por unos instantes cada día, una puerta se abrirá antes de que tengan catorce años. Cuando el sexo levante su cabeza, cuando la energía esté a punto de rebosar, comenzará a fluir por la puerta que ya está abierta. Ellos ya habrán conocido y comprendido la serenidad, el éxtasis, la alegría, la ausencia de tiempo, la ausencia de ego, mucho antes de experimentar el sexo. Esta misma familiaridad previa evitará que su energía se vaya por canales equivocados y la dirigirá al camino correcto. En lugar de enseñar la calma de la meditación, les enseñamos a repudiar al sexo, porque el sexo es pecado. El sexo es sucio, feo y malo. Es el infierno. Los epítetos no alteran la situación para nada. Al contrario, los niños se sienten más curiosos por saber acerca de este infierno, de esta maldad, de esta suciedad, acerca de la cual los padres y los profesores se muestran tan temerosos y aterrados. Buscan la respuesta por todos lados. Están ansiosos por comprender este pandemónium; después de todo, ¿qué clase de espíritu malévolo es este sexo?

Y al poco tiempo llegan a saber que los mismos adultos se hallan involucrados, día y noche, en la misma búsqueda que se les censura a los niños. Consecuencia inmediata e instantánea de este descu-brimiento es que dejan de admirar a los padres. La educación moder-na no es, como se cree, responsable de que la veneración por los pa-dres haya diminuido en un grado tan alto. Los mismos padres son los responsables de esto. Rápidamente, los niños llegan a darse cuenta de la paradoja de que tú te halles sumergido en lo mismo que les aconsejas aborrecer, pues los niños son muy buenos observadores. Concluyen que tu vida nocturna es diferente de tu vida diurna, que tus prédicas y tus prácticas son muy diferentes. Se dan cuenta de lo que ocurre en la casa. Infieren que, independientemente de que sea llamado sucio por su padre y malo por su madre, las mismas cosas ocurren en la casa. Ellos ven esto, y siendo así, dejan de reverenciar a los padres. Los niños concluyen: los padres son falsos, son hipócritas.
Y recordad, los niños que han perdido la confianza en sus padres nunca desarrollarán la confianza en Dios. Los niños tienen su primer vislumbre de la fe, de Dios, con y a través de los padres. Si eso es destruido, es seguro que serán ateos posteriormente. Tienen la primera percepción de Dios en la rectitud de los padres. Los padres son los primeros y los más próximos en invocar reverencia en los niños. Si eso resulta ser una mera ilusión, resultará difícil inclinar a esos niños hacia Dios mientras estén vivos. La relación se ha roto, porque sus primeras deidades les traicionaron: su padre y su madre resultaron ser deshonestos.

Hoy en día, la generación moderna niega la existencia de Dios, ridiculizan la idea de la liberación y califican de patraña a la religión, no porque hayan explorado y ello les haya llevado a esa conclusión, sino debido a la traición de los padres. Es por esto que han caído en el escepticismo.

Esta sensación de traición ha surgido debido a que los adultos han expuesto erróneamente un hecho de la vida: el sexo. Se debería explicado honestameme a los niños que el sexo forma parte intrínseca de la vida, que hemos nacido del sexo, y que éste también forma parte de sus vidas. Esto les ayudaría a comprender la conducta de los padres desde una perspectiva apropiada y cuando crecieran y adqui-rieran experiencia vital, se sentirían llenos de respeto por la honestidad de sus padres. El surgimiento de la fe y del respeto en los niños pre-parará el terreno para una vida religiosa.

Actualmente, los niños sospechan de los padres -los sienten hipó-critas y no sinceros- y de allí el choque entre las ideologías o no-ideologías, entre la generación más joven y la mayor. La represión del sexo ha separado a marido y esposa, y ha colocado a los niños en actitud desafiante frente a los padres.

No necesitamos la represión del sexo. Lo que necesitamos ahora es la clarificación del sexo. Apenas los niños maduren e investiguen, los padres deberían exponer abiertamente, en forma admisible, las principales realidades de la vida. Esto debiera hacerse antes de que los niños se pusieran innecesariamente inquietos y sintieran una curiosidad en un grado indeseable o alimentasen una atracción mal-sana que les incitase a satisfacer su curiosidad, su ansiedad, en lugares inapropiados. De otro modo, y tal como es el caso hoy en día, los ni-ños encuentran lo que desean saber, pero a través de gente ina-propiada, en circunstancias desfavorables y mediante prácticas peligrosas. Este estilo de cosas resulta perjudicial y ruinoso. Sus conse-cuencias son el dolor y la tortura por el resto de sus vidas y, finalmente, se levanta un muro de vergüenza y secreto entre los niños y sus padres.

Los padres no podrán nunca llegar a saber nada de la vida sexual de sus hijos en la medida en que los niños sean apartados de la vida sexual de sus padres. Esta alienación debida al juego del escondite resulta muy peligrosa. Los niños deben tener una educación sensata, una educación correcta respecto al sexo.

En segundo lugar, se les debería enseñar a meditar, a cómo per-manecer calmados, cómo estar serenos, cómo ser silenciosos, cómo alcanzar el estado de no-pensamiento. El niño puede lograr eso con mucha, mucha rapidez. Cada hogar debería programar un tiempo especial para llevar a los niños «al silencio», y eso sólo es posible cuando vosotros como padres, también practiquéis con ellos. En cada hogar debería ser obligatorio reservar una hora para estar sentados en silencio. Si fuese necesario, uno debería eliminar una de las comidas del día, pero la hora de silencio debería ser observada a cualquier precio. No puede llamarse familia a aquella que no observa una hora de silencio. Eso no es ni siquiera un hogar.

Una hora diaria de silencio conservará la energía y en un lapso de catorce años surgirá, se abrirá, la puerta de la meditación, aquella me-ditación con la que el hombre contacta el no-tiempo, la ausencia de ego y con la que uno obtiene un vislumbre del alma y del Sublime Supremo. Un encuentro con esa cosa sublime antes de la experiencia del sexo pondrá un alto a la loca carrera tras del sexo, pues la energía habrá hallado un camino mejor hacia el éxtasis. Y ésta es la primera etapa del proceso hacia el celibato: la trascendencia del sexo. Y el ca-mino es la meditación.

El segundo aspecto fundamental es el amor. A los niños se les debería enseñar el amor desde la infancia. No tiene fundamento alguno el temor generalizado de que enseñar el amor conducirá al hombre a los laberintos del sexo. El enseñarle acerca del sexo puede conducir al hombre hacia el amor, pero el enseñar el amor nunca llevará al hombre a la sexualidad. La verdad del asunto discrepa de la creencia generalizada. La energía del sexo es transformada en amor.

Un hombre es capaz de derramar amor sobre aquellos que le ro-dean en proporción directa al amor que está creciendo en él. En la medida en que te encuentras vacío de amor, te hallas lleno de sexo. Y seguirás estando focalizado en el sexo.

Cuanto menos ama un hombre, más odia. Cuanto menor sea el grado de amor que colme en su vida, más malévola será ésta. Los que se hallan faltos de amor se hallan, en ese mismo grado, llenos de envidia. Cuanto menos ama un hombre, más en conflicto vive. La gente tendrá tantas más preocupaciones, más infelicidad y más complejos de inferioridad cuanto más les falte el amor en sus vidas, Cuanto más se halle sumergido el hombre en preocupaciones, en su vanidad, en falsedades y en estados similares, en mayor medida su energía se debilitará, enfermará y languidecerá y estará más tenso y tirante en todo momento. Y para este grupo de emociones toscas y groseras, degradadas e inferiores, no existe otra puerta de salida que la del sexo.

El amor transforma las energías. El amor es fluido, creativo; fluye y sacia. Esa gratificación es mucho más valiosa y profunda que la que se obtiene por medio del sexo. Aquel que se halla familiarizado con este sentimiento nunca buscará ningún otro sustituto del mismo modo que aquél que adquiere joyas nunca buscará piedras...

Sin embargo, un hombre lleno de odio no puede encontrarse nunca satisfecho. Siempre está inquieto; lo destruye todo con su movimiento. Y la destrucción nunca trae felicidad. Sólo la creación puede dar un sentimiento de gratificación. Un hombre lleno de envidia siempre se mantiene beligerante y en conflicto, pero ese estado nunca le aportará satisfacción. Una persona agresiva invade el territorio de los demás.

Pero el éxtasis sólo puede lograrse mediante el dar, nunca median-te el tomar. El poseer y el acumular nunca aportarán paz a la mente, sino que dicha paz solamente podrá alcanzarse a través del dar y el compartir. Un hombre ambicioso salta de un cargo a otro; nunca se halla en paz. Aquellos que no van tras el poder, sino tras el amor, aquellos que derraman amor a todo su alrededor, se hallan en exaltado éxtasis. Cuanto más lleno de amor se halle un hombre, más satisfacción, una satisfacción profunda, un goce, una sensación de realización, encontrará en lo más profundo de su corazón. Un hombre así no se interesará ni intentará dirigir su atención hacia el sexo, pues el éxtasis que puede lograrse a través de éste se halla siempre a su alcance a través del amor.

El siguiente paso consiste en hacer crecer al amor en su total mag-nitud. Debiéramos adorar al amor, debiéramos contribuir al amor; debiéramos vivir en amor. Pero el amar solamente a los demás, no es una prueba de amor. La devoción al amor es colmar toda la perso-nalidad de amor. Estoy hablando de una educación plena en el amor. Deberíamos recoger del suelo una piedra como si estuviéramos levantando a un amigo; deberíamos estrecharle la mano a un enemigo del mismo modo que se la estrechamos a un amigo.

Algunas personas tratan a las cosas materiales con amoroso cuidado, mientras otros dispensan a los demás un trato que ni siquiera debiera dársele a los objetos inanimados. Para un hombre inmerso en el odio, los humanos no son mejores que los objetos inanimados. Pero un hombre lleno de amor otorga una individualidad, una personalidad, incluso a los objetos inanimados que toca.

Un docto viajero fue a ver a un célebre fakir. El hombre, que se hallaba irritado por algún motivo, probablemente debido a las penurias del viaje, se desató airadamente los cordones de los zapatos y lan-zándolos a un rincón, abrió la puerta con un fuerte golpe.

Un hombre enojado se quita los zapatos como si éstos fuesen enemigos. Incluso abre una puerta como si hubiese una sólida ene-mistad entre él y la puerta. El hombre abrió la puerta, entró y ofreció sus respetos al fakir.
El fakir le dijo: «No, no acepto tus respetos. Primero, ve y dis-cúlpate con la puerta y con los zapatos».

«¿Qué ocurre? ¿Disculparme con una puerta y unos zapatos? ¿Son acaso seres vivos?».
El fakir replicó: «No pensaste en eso mientras te enfadabas con esos objetos inanimados. Arrojaste los zapatos como si tuvieran vida, como si tuvieran la culpa de algo. Abriste la puerta como si ésta fuera tu enemiga. No, puesto que reconoces su individualidad al enfadarte con ellos, deberás rogar su perdón. Por favor, ve y ofrece tus dis-culpas, de lo contrario, no estoy dispuesto a entrevistarme contigo».

El viajero pensó: «Si he venido de tan lejos a ver a este ilustre fakir, sería ridículo que nuestra entrevista finalizara debido a un asunto tan trivial», de modo que se acercó a los zapatos con las manos enlaza-das y les dijo, « Amigos, perdonad mi insolencia». Le dijo a la puerta: «Lo siento, cometí un error al empujarte así, con esa rabia».

¡Qué momento para él!. El viajero escribió en sus memorias que se sintió muy ridículo al principio, pero al terminar de disculparse algo nuevo surgió en él. Se sintió tan calmado, tan sereno, tan sose-gado... Se hallaba más allá de las posibilidades de su imaginación el concebir que un hombre pudiera sentirse tranquilo, sereno y alegre por haberle pedido disculpas a una puerta y unos zapatos.

Entró y se sentó al lado del fakir. Este comenzó a reírse y le dijo: «Ahora está bien. Estás a tono; podemos hablar. Puesto que has mos-trado algo de amor, ahora te hallas desahogado. Ahora puede haber una comunicación entre nosotros».

Lo fundamental no reside en amar sólo a los seres humanos, sino que se trata de estar lleno de amor.
El decir que has de amar a tu madre es erróneo; es una tergi-versación. El que un padre solicite que le amen por su condición de padre, constituye una enseñanza equivocada. Está ofreciendo un moti-vo para el amor. Si una madre le pide a un niño que la ame por la sencilla razón de que es su madre, estará imponiendo algo incorrecto, pues el amor que implica «porqués» y «por lo tanto» no es tal amor. El amor no debería tener razones, no debería quedarse atrapado con razonamientos. La madre dice: «Te he cuidado, te he criado; por lo tanto, ámame». Ella está aportando un motivo: allí finaliza el amor. Si se le fuerza, el niño podrá mostrar algún afecto en forma superficial, porque ella es su madre... No, el objetivo del enseñar a amar no es el expresar amor en virtud de alguna causa o motivo, sino que es el de crear un medio para que el niño se llene de amor.

Has de entender que de lo que se trata es del crecimiento de la personalidad del niño, que se trata de su futuro, que se trata de que sea amoroso con quienquiera que se encuentre: sea una piedra, un ser humano, una flor, un animal o lo que sea. No se trata de amar únicamente a un animal o a una flor o a una madre o a una persona determinada; de lo que se trata es de llenarse de amor. De esto depende el futuro, el futuro de la Humanidad. Las tremendas posibilidades para el florecimiento de la felicidad en la vida de un hombre dependen de la cantidad de amor que contenga en su interior. Un hombre lle-no de amor puede estar libre de la sexualidad, sin embargo, no da-mos amor, no creamos fervor por el amor.

Por supuesto que a veces hacemos teatro en nombre del amor... ¿Crees que un hombre es capaz de amar a una persona y al mismo tiempo odiar a otra persona? No, es imposible. Un hombre lleno de amor, incluso cuando se halla solo, estará lleno de amor, pues el amor constituye su naturaleza misma; no tiene nada que ver con la relación que tengas con él. Un hombre lleno de ira estará enojado incluso si está solo. Un hombre lleno de odio, odia aun cuando está solo. Obser-va a ese hombre cuando está solo y verás que se halla irritado aun cuando no muestra su ira hacia nadie en especial. Todo su ser rebosa odio e ira. Del mismo modo, si ves a un hombre lleno de amor, sentirás que, incluso cuando se halla solo, está rebosante de amor. Las flores que florecen en la jungla diseminan fragancia, haya alguien que las aprecie o no, haya alguien que pase por ahí o no. Una flor siempre está esparciendo su fragancia innata. Diseminar su aroma es su natu-raleza. No te ilusiones creyendo que la flor emite su fragancia para ti.

Nuestro ser debería estar lleno de amor. No debería depender de aquello que amamos. Pero el amante desea que su amada lo ame a él y a nadie más. «Amor significa amarme solamente a mí», dice. No sabe que aquellos que no son capaces de amar a todos, no son capaces de amar a nadie. La esposa afirma que el marido debiera amarla sólo a ella y que no debiera mostrar afecto por nadie más. Y no sabe que ese amor es falso y que ella lo ha vuelto falso. ¿Cómo puede un es-poso que no se halle en todo momento lleno de amor hacia todo el mundo, ser «amoroso» con la esposa?

Estar lleno de amor es la naturaleza de la vida. No se puede estar lleno de amor hacia alguien y no sentir nada de amor hacia otra per-sona. Pero la Humanidad no ha sido capaz de comprender esta sencilla verdad. El padre le pide al hijo que lo ame; pero, ¿acaso le enseñó alguna vez al niño a amar al anciano sirviente de la casa? No, porque es un sirviente... ¿No es acaso un hombre? Puede que el sirviente sea viejo, pero puede ser también el padre de alguien. Pero no, es un sirviente y no hay porqué ser cortés o sentir amor hacia él. Pero este padre no sabe que al envejecer se quejará si su hijo no le demuestra afecto. El niño se podría haber convertido en un hombre lleno de amor si se le hubiese enseñado a amar a todo el mundo. Y entonces, también habría respetado a su anciano padre.

El amor no es una relación. Es un estado del ser. Forma parte esencial de la personalidad del hombre. Así, la segunda etapa en la enseñanza del amor es enseñar al niño a amar a todo el mundo. Si, por ejemplo, un niño no cuida adecuadamente un libro, debería indicársele que tratando al libro de forma impropia se está haciendo un mal a sí mismo. Si te comportas en forma brutal con tu perro, eso representa un defecto en tu personalidad. Eso prueba que te hallas desprovisto de amor. Y aquél que no se halla lleno de amor, no es un hombre.

Recuerdo la historia de un fakir que vivía en una pequeña choza. Era alrededor de medianoche y llovía intensamente. El fakir y su es-posa estaban durmiendo. De repente llamaron a la puerta. Alguien solicitaba cobijo.

El fakir despertó a su esposa: «¿Has oído? Hay alguien allí afuera», le dijo. «Será algún viajero, algún amigo desconocido».

¿Te das cuenta?. Le dijo, «¿Algún amigo desconocido?». Ni siquiera somos amistosos con aquellos que conocemos. La suya fue una ac-titud de amor.

El fakir dijo: «Algún amigo desconocido está esperando afuera. Por favor, abre la puerta».
Su esposa le dijo: «No hay espacio; ni siquiera es suficiente para nosotros dos. ¿Cómo va a caber una persona más?».

El fakir le respondió: «Querida, éste no es un palacio de un rico. No puede hacerse más pequeño. El palacio de un rico parece más pequeño cuando llega un nuevo huésped, pero ésta es la choza de un pobre».

Su esposa le dijo: « ¿Qué tienen que ver pobres y ricos con esto? La pura realidad es que ésta es una cabaña muy pequeña».

El fakir replicó: «Si hay suficiente espacio en tu corazón, sentirás que la choza es un palacio, pero si tu corazón es angosto, incluso un palacio te resultará insuficiente. Por favor, abre la puerta. ¿Cómo podemos rechazar a un hombre que ha acudido a nuestra puerta? Hasta ahora podíamos estar tumbados. Puede que los tres no poda-mos estarlo ya, pero al menos podremos sentarnos. Hay un hueco más para estar sentados».

La esposa tuvo que abrir la puerta. El amigo entró, empapado. Le dejaron unas ropas, se sentaron juntos y comenzaron a charlar. Al cabo de un rato, llegaron otras dos personas y llamaron a la puerta.

El fakir dijo: «Parece ser que nuevamente ha venido alguien», y le pidió al nuevo amigo, el más cercano a la puerta, que abriera. El hombre le contestó: « ¿Abrir la puerta? No hay espacio suficiente». El hombre, el cual momentos antes había hallado cobijo en esta choza, olvidó que no había sido el amor del fakir hacia él el que le había hecho un hueco, sino que había encontrado cobijo porque había amor en la choza. Ahora, nuevamente, había llegado más gente, y el amor debe acomodar a los recién llegados.

Pero el hombre dijo: «No, no es necesario abrir la puerta. ¿No ves que casi ni podemos estar de cuclillas?»

El fakir dijo: «Amigo, ¿Acaso no te hice a ti un hueco? Se te per-mitió entrar porque aquí dentro moraba el amor; está aún presente, no se ha agotado contigo. Por favor, abre la puerta. Ahora estamos sentados a cierta distancia unos de otros; tendremos que agrupamos más. Y además, en esta noche fría, puede ser grato sentarse juntos».

Tuvo que abrir la puerta. Dos recién llegados entraron. Todos se sentaron juntos y comenzaron a trabar amistad unos con otros.

Pasó un rato... seguía lloviendo, y la noche transcurría. Entonces llegó un burro y empujó la puerta con su cabeza. El burro estaba em-papado; quería abrigo para la noche. El fakir le pidió a uno de los últimos que había llegado, que estaba sentado casi en la puerta, que la abriera: «Ha llegado un nuevo amigo».

Después de atisbar afuera, el hombre dijo: «Este no es un amigo ni nada. Es un asno. No es necesario abrir».

El fakir le dijo: «Quizás no sabes que, a la puerta del rico, los hombres también son tratados como animales. Esta es la choza de un pobre fakir y estamos acostumbrados a tratar incluso a los animales como a seres humanos. Por favor, abre la puerta».
Los hombres dijeron, al unísono: «Pero ¡no hay sitio!».

El contestó, «Hay suficiente espacio. En vez de estar sentados, todos nos pondremos de pie y le haremos un hueco. No os inquietéis, si es necesario yo saldré y le dejaré mi sitio. ¿Acaso no puede el amor hacer esto también?»

Es imperativo tener un corazón lleno de amor; debiéramos tener una actitud amorosa. La cualidad humana surge únicamente cuando hay un corazón amoroso y, junto con ello, un sentimiento de satisfacción, una profunda y maravillosa satisfacción. ¿Has notado alguna vez que, después de mostrarle algo de amor a alguien, todo tu ser se ve invadido por una ola de satisfacción, por un estre-mecimiento de alegría? ¿Te has dado cuenta alguna vez de que los momentos de serena satisfacción son aquellos en que el amor incon-dicional se hallaba presente?

Y el amor puro sólo puede sobrevivir si no se ve adulterado con condiciones. Un amor condicional no es amor. ¿No has tenido una sensación de complacencia después de haberle sonreído espon-táneamente a un desconocido en la calle? ¿No sentiste una brisa de paz después de hacerlo? La ola de plácida alegría que experimentas después de levantar a un hombre que se ha caído, tras animar a una persona decaída o regalar flores a un hombre enfermo, no tiene límite. No ocurre lo mismo cuando lo haces porque él o ella sean tu padre o tu madre. No, puede que esa persona en particular no sea nadie espe-cial para ti, sino que tú lo hagas porque el regalar es en sí mismo una recompensa, un gran placer.

El amor debe expandirse en nuestro interior: el amor hacia las plantas, el amor por los seres humanos, el amor por los desconocidos, el amor por los extranjeros, el amor por aquellos que se hallan camino de la luna, de las estrellas. El amor debería estar siempre aumentando.

La posibilidad de la presencia del sexo en la vida disminuye a medida que el amor aumenta en nuestro interior. El amor y la medi-tación abrirán la puerta hacia Dios. El amor y la meditación, unidos, llegan a Dios y hacen florecer el celibato en la vida del hombre. Entonces, toda la fuerza vital asciende a través de un nuevo pasaje; no fluye hacia afuera, nunca retrocede. Asciende desde adentro; as-ciende en su viaje hacia los Cielos. En la situación actual, nuestro viaje es descendente, hacia el sexo; la naturaleza dictamina que la energía del sexo sólo fluye hacia abajo. El celibato es el viaje as-cendente de la fuerza vital, y el amor y la meditación son los ingre-dientes fundamentales del celibato.

Mañana hablaremos acerca de lo que obtenemos mediante el celibato. ¿Qué obtenemos? ¿Adónde llegamos?

Hoy os he hablado de dos cosas: del amor y de la meditación. Os dije que el entrenamiento debe comenzar desde la infancia; sin em-bargo, no debéis inferir que, dado que no sois niños, ya no hay nada que podáis hacer. Si así fuera, lo que hago sería una pérdida de tiempo. Cualquiera que sea tu edad, este trabajo puede iniciarse en cualquier momento. Aun cuando se vuelve más difícil con el paso de los años, el recorrido de este camino puede ser emprendido en cualquier momento de la vida. Es mejor emprenderlo en la niñez, pero es tam-bién bueno iniciarlo en cualquier etapa de la vida. Podemos iniciarlo hoy. La gente de más edad que está dispuesta a aprender, que tienen aptitudes para aprender, son niños, aun cuando tengan una avanzada edad. Ellos también pueden comenzar; pueden aprender, si no han dado por sentado que lo saben todo o que han alcanzado ya algo deseable.

Buda tenía un discípulo consagrado a él desde hacía muchos años. Un día, Buda le preguntó: «Oye, ¿cuántos años tienes?»

El monje le respondió: «Cinco años».

Buda se quedó sorprendido: «¿Cinco años? Tu aspecto es de al menos setenta años, ¿por qué me contestas esto?»

El monje replicó: «Digo esto, porque el rayo de la meditación en-tró en mi vida hace cinco años. Desde hace solamente cinco años, el amor ha llovido en mi vida. Antes de eso, mi vida era como vivir en medio de sueños. Era como existir dormido. Yo no considero esos años al dar cuenta de mi edad. ¿Cómo podría hacerlo? Mi verdadera vida comenzó hace sólo cinco años. Es por eso que digo que tengo sólo cinco años de edad.»

Buda advirtió a todos sus discípulos que tomaran nota de esto.

Todos vosotros deberíais calcular vuestra edad de esta manera; esa es la forma de calcular la edad. Si el amor y la meditación todavía no han nacido en ti, tu vida, por el momento, es negada; todavía no has nacido. Pero nunca es demasiado tarde para empezar. Todos deberíamos esforzarnos en pos de una vida superior. Y para eso, nunca es tarde.
No saquéis como consecuencia de mis palabras que, al haber atravesado ya la infancia, esta charla va dirigida a las generaciones futuras. Nunca es demasiado tarde para que aquél que ha emprendido el camino equivocado no pueda volver al correcto. Nadie se ha des-viado tanto que no pueda verse beneficiado por la verdadera luz.

Comparativamente hablando, este viaje no requiere mucha osadía. La satisfacción que se obtiene a las puertas de la Iluminación al lograrlo es mucho mayor que cualquier esfuerzo que se haya podido hacer. El simple vislumbre de ese rayo de luz, de esa alegría, de esa Verdad, nos comporta el sentimiento de que hemos logrado mucho con un esfuerzo mínimo; nos muestra que hemos alcanzado aquello que escapa a toda estimación con muy poco esfuerzo de nuestra parte.

Por favor, no mal interpretéis mis palabras. Ese es mi humilde ruego.

Tercera CharlA
Gowalia Tank Maidan ,
Bombay, 29 de Septiembre de 1968
del libro. Del Sexo a la Superconsciencia